Del sinceramiento a la desaceleración de los precios. Así transcurrió la inflación del primer semestre. En enero, el Gobierno decidió cambiar la metodología de cálculo y asumió que, para ese mes, el Índice de Precios al Consumidor Nacional urbano (IPCNu), tal la nueva denominación, había trepado un 3,7%. La devaluación hizo lo suyo. Y el primer trimestre terminó con un reajuste cercano al 10% en el nivel de precios. El alza en el segundo trimestre (cercana al 7%) calmó los ánimos oficiales. Desde el Gobierno se argumentó que eso fue por efecto del Plan Precios Cuidados.
Al analizar el comportamiento de los precios durante el primer semestre, Ecolatina observa un cambio en los precios relativos: los transables (bienes y servicios que pueden consumirse internacionalmente) crecieron por encima de los no transables (aquellos que se producen para consumo interno, que no pueden exportarse ni importarse), los salarios por debajo de los precios, el tipo de cambio por encima de la inflación y los servicios regulados recuperaron parte del terreno perdido en los años anteriores. “Lamentablemente, la reducción del atraso cambiario y tarifario se dio a costa de una significativa aceleración de la inflación”, planteo la consultora en su último reporte.
Según Ecolatina, si bien los trabajadores perdieron poder de compra, este cambio en precios relativos implicó un aumento del salario en términos de servicios no transables y una pérdida de poder de compra de bienes transables y servicios públicos. “Es importante mencionar que los alimentos lideraron la aceleración en la inflación. Este capítulo trepó casi 23% en el primer semestre y acumula a junio un alza interanual superior al 45% interanual. Esto es de vital importancia para el frente social”, sostiene el informe privado.
El mayor incremento de los bienes esenciales le imprime al fenómeno inflacionario regresividad, agrega. “Al destinar buena parte de sus ingresos a la compra de alimentos y bebidas, los sectores más vulnerables son los más perjudicados por el fenomenal incremento del capítulo”, explica. Según la consultora que fue dirigida por el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, las canastas básicas alimentaria (CBA) y total (CBT) acumularon en la primera mitad del año subas cercanas al 25%, ubicándose 4 puntos porcentuales por encima del alza del Nivel General de precios.
Más allá de las aceleraciones y desaceleraciones puntuales (producto de los shocks) hay un ajuste sistemático al alza en la formación de precios producto de elevadas expectativas de inflación. Ecolatina, en ese sentido, estima que, sin un nuevo shock de tarifas (como sucedió en la primera parte del año) ni de tipo de cambio, no habría una nueva aceleración de la inflación en lo que resta de 2014.
“De hecho, al compararse el segundo semestre con la aceleración de la segunda mitad de 2013, esperamos que la inflación cierre el corriente año en torno de 37% (10 puntos porcentuales por encima del año pasado)”, estima.